Resumen


LA MUJER Y SU IMAGEN
La mujer ha sido más que un fenómeno de la naturaleza; ha sido  un componente de la sociedad, una criatura humana o un mito. Es por esto, que el creador y espectador del mito, ya no ve en la mujer a alguien de carne y hueso, sino que advierte sólo la encarnación de algún principio, generalmente maléfico, fundamentalmente antagónico.
La mujer, a lo largo del los siglos, ha sido elevada al altar de las deidades y ha aspirado el incienso de los devotos. Cuando no se le encierra en el gineceo, en el harem a compartir con sus semejantes el yugo de la esclavitud; cuando no se le confina en el patio de las impuras; cuando no se le marca con el sello de las prostitutas; cuando no se le doblega con el fardo de la servidumbre; cuando no se le expulsa de la congregación religiosa, del ágora política, del aula universitaria.
La mujer es el sexo débil, es incapaz de recoger un pañuelo que se le cae, de reabrir un libro que se le cierra. El hábitat de la mujer bella no es el campo, no es el aire libre, no es la naturaleza.
Virginia Woolf llamaba “el hada del hogar”, a lo que toda criatura femenina debe aspirar a convertirse. La misma escritora inglesa define y describe así: “es extremadamente comprensiva, tiene un encanto inmenso y carece del menor egoísmo. Descuella en las artes difíciles de la vida familiar. Se sacrifica cotidianamente. Se instala en el sitio preciso donde atraviesa una corriente de aire. En una palabra, esta constituida de tal manera que no tiene nunca un pensamiento o un deseo propio sino que prefiere ceder a los pensamientos y deseos de los demás. Y, sobre todo, el hada del hogar es pura”.  Sin embargo, la pureza es sinónimo de ignorancia. Una ignorancia de todo lo que sucede en el mundo.
Tenemos otras maneras más decentes de llamarle como dama, señora, señorita y ¿por qué no?, “hada del hogar”. Por eso desde que nace una mujer, la educación trabaja sobre el material dado para adaptarlo a su destino y convertirlo en un ente moralmente aceptable, es decir, socialmente útil. Así se le despoja de la espontaneidad para actuar; se le prohíbe la iniciativa de decidir; se le enseña a obedecer los mandamientos de una ética que le es absolutamente ajena y que no tiene más justificación ni fundamentación que la de servir a los intereses, a los propósitos y a los fines de los demás.
A través del mediador masculino la mujer averigua acerca de su cuerpo y de sus funciones, de su persona y de sus obligaciones todo lo que le conviene y nada más.  Moebius probó científicamente que la mujer es una “débil mental fisiológica”.
La mujer tiende siempre a ser mujer, a girar en su órbita propia, a regirse de acuerdo con un peculiar, intransferible, irrenunciable sistema de valores. Monjas que derriban las paredes de su celda como Sor Juana y la Portuguesa; doncellas que burlan a los guardianes de su castidad para asir el amor como Melibea; enamoradas que saben que la abyección es una máscara del verdadero poderío y que el dominio es un disfraz de la incurable debilidad. Hubo una decisión, hubo un acto en que la mujer alcanzó a conciliar su conducto con sus apetencias más secretas, con sus estructuras más verdaderas, con su última sustancia.

LA PARTICIPACION DE LA MUJER MEXICANA EN LA EDUCACIÓN FORMAL
La mujer tendría que estar absolutamente sujeta a quien fungía como cabeza de la familia, que no podía ser otro que el padre, el hermano, el esposo, el cuñado; el varón que por su edad, su saber y su gobierno poseyera la autoridad máxima dentro del núcleo familiar.
La mujer fuerte, que aparece en las Sagradas Escrituras lo es por su pureza prenupcial, por su fidelidad al marido, por su devoción a los hijos, por su laboriosidad en la casa. Es concebida como un receptáculo de humores que la tornan impura durante fechas determinadas del mes. Durante esa larga época la mujer está como poseída de espíritus malignos.
No se les enseñaba a discernir entre el bien y el mal, a reconocer el mal bajo las diferentes máscaras que adopta, se les mantenía en la más absoluta ignorancia y sólo se les inculcaba práctica de ciertas devociones religiosas.
Nadie se ocupa ni se preocupa porque las mujeres estudien. Sor Juana agotada la biblioteca de su abuelo, aspira a recibir la educación superior, piensa en disfrazarse de hombre para que se le abran las puertas de la Real y Pontificia Universidad. Josefa Ortiz de Domínguez no puede manuscribir su recado porque no sabe. Y otra de nuestra heroínas de la Independencia, doña Leona Vicario, es tan ignorante a pesar de sus lecturas de autodidacta. La mujer mexicana adquiere su carta de ciudadanía desde el 18 de enero de 1946.
La familia es capaza de sacrificarse para proporcionar al varón una carrera que le permita ostentar un titulo universitario. Este sacrificio implica, en muchas ocasiones, que las mujeres quedarán recluidas en su casa, esperando la llegada del príncipe azul o se les inscribe en academias en las cuales se les prepara, rápidamente, para desempeñar un puesto de secretaria, de contadora pública, de recepcionista, de cultora de belleza, etc. Un puesto que no exige muchos conocimientos y que por lo mismo no se paga con grandes sueldos. Es una especie de “tentempié”, algo que se hace mientras la mujer encuentra quién la mantenga y quién acepte que dependa de él.
En el caso del marido que no se da abasto para el sostenimiento del hogar y que se niega a aceptar la ayuda de su compañera porque lo considera humillante, la mujer trabaja y contribuye al sostenimiento de la casa, y el marido hace como que no lo nota.
Quedarse soltera significa que ningún hombre consideró a la susodicha digna de llevar su nombre ni de remendar sus calcetines. La costumbre de que el hombre tenga que ser muy macho y la mujer muy abnegada.
Tengamos el valor de decir que somos vírgenes porque se nos da la real gana, porque así nos conviene para fines ulteriores o porque no hemos encontrado la manera de dejar de serlo.

LA MUJER ANTE EL ESPEJO: CINCO AUTOBIAGRAFÍAS
En este capitulo hablan un poco sobre la historia de Santa Teresa, Sor Juana, Virginia Woolf, Simone de Beauvoir  y Elena Croce.

NATALIA GINZBURG: LA CONCIENCIA DEL OFICIO
Narradora italiana contemporánea, carece no sólo de explicación sino de justificación.
         La literatura tiene que ser admitida primero como una costumbre, tomada en serio después como una forma de vida y practicada con todas las consecuencias que implica.
       De lo único de lo que el escritor puede estar cierto es de que cuenta con las posibilidades de la escritura.
        La autocrítica se deja extraviar, muy buena gana, por la conformidad y por el halago, casi siempre está desprovista de los elementos indispensables para el juicio. La crítica no esta respaldada por ninguna garantía de infalibilidad.
       Los críticos suelen alterarse con suma facilidad por la simpatía o la antipatía hacia una persona o hacia una obra; por la opinión emitida por un crítico rival, por todas las pasiones que mueve y conmueven al hombre y le impiden la contemplación pura y sin mezcla de las esencias.
       Cada lector es una respuesta particular y cada lector es diferente ante cada libro.
      Lo único firme, seguro, invariable, es el amor al oficio. Oficio del que nos enamoramos precisamente por que nos seduce con su rostro más amable: escribir es, en sus inicios, algo tan divertido como un juego.

“Por sus máscaras los conoceréis…” KAREN BLIXEN – ISAK DINESEN
La baronesa Karen Blixen origen danés tuvo que ocultar su identidad, se escudó tras un seudónimo en el que se mezcla una figura bíblica con uno de sus apellidos de soltera: Isak Dinesen.
       A los veinte años redacta sus primeros cuentos, aunque no empezó a practicar la literatura como una profesión más que veinte años más tarde. La rechazó al principio pero acaba por resignarse para ganarse la vida cocinar y escribir.
        Le interesa el asunto del relato ya que el mundo está lleno de sucesos y también nuestra experiencia.

SIMONE WEIL: la que permanece en los umbrales
Nacida en el año de 1909 en un barrio parisién, hija de un matrimonio judío. A los catorce años pensó seriamente en morir al compararse con las dotes extraordinarias de su hermano.
    Aclara Simone en un texto autobiográfico, que envidiase los éxitos exteriores del otro sino que lamentaba no poder entrar en ese reino trascendente al que sólo tienen acceso los hombres auténticamente grandes y donde habita la verdad, la belleza y toda especie de bien.
     Atraída por los estudios filosóficos se hizo Dizzypula de Alaín. Egresa de la Escuela Normal en 1928 y se dedica hasta 1932, al ejercicio de su profesión de maestra.
      Más tarde reside en una granja de Gustave Thibon y continua sus meditaciones acerca de la filosofía griega e hindú; se orienta irrevocablemente  hacia la mística.
        Muere el 24 de agosto de 1943.

ELSA TRIOLET: la corriente de la historia
Es la historia que nos arrastra confundiendo nuestra individualidad con la de todos los otros, asimilando nuestro destino al de la humanidad.
      En la historia el pasado no queda abolido sino que se hace presente. Pero hay épocas y cada época tiene su signo.
      Elsa narra la aventura y desventura de Los amantes de Aviñon sin traicionar la fuerza que los atrae ni desconocer las fuerzas que los apartan. Hay en cada página de la novela un difícil equilibrio entre la belleza y el horror, entre el riesgo y la felicidad, entre la rigidez del destino y el soplo, apenas sensible, del albedrío.

VIOLETTE LEDUC: la literatura como  vía de legitimación
Nacer es un acto que no elegimos, que los demás nos imponen haciéndonos así un instrumento de su voluntad .
    La madre quiso volver a Violette como su mas intima amiga y  lo que encontró de ella fue desconsuelo y tristeza hasta que llego el momento que se enamoro y dejo a la hija en segundo plano. Se convirtió en un estorbo, después de pasar tantas humillaciones Violette sale adelante sola y tratando ala gente como basura.
        Violette dice que escribir es nacer de nuevo en un mundo inocente, traspasado de belleza.

IVY COMPTON – BURNETT: la nostalgia del infierno
Ivy Compton-Burnett afirma que es mejor que una novela tenga un argumento. De lo contrario, carece de forma, y los hechos que no tienen parte en un conjunto formal parece que tienen menor significado.

DORIS LESSING: una mirada inquisitiva
Novelista, autora de libros de gran éxito como The Golden Notebook y  A Man and Two Women.
      Según Lessing el color sirve para enmascarar, en un plano puramente instintivo y por eso mismo muy poderoso y actuante, una serie de móviles que si dijeran su nombre perderían su prestigio.
      Y aun entre los blancos que pugnan por la mejoría de condiciones de vida de los negros y por la igualdad de derechos laborales hay esta intención inmediata y evidente, pero hay otras cultas e inexpresadas, propósitos oscuros, creencias que han alcanzado la fijeza del mito.

La mujer mexicana del siglo XIX
La galería de retratos femeninos no es muy abundante. La mayor parte de las veces se limita a servir como telón de fono para que resalte la figura principal: el caudillo, el hombre de acción, el que ejecuta las empresas, el que lleva al cabo los proyectos, el que urde las intrigas, el que sueña con un porvenir mejor, el que fracasa, el que padece. Y en un telón de fondo bastan un estereotipo: la madre, con su capacidad inagotable de sacrificio; la esposa, sólida, inamovible, leal; la novia, casta; la prostituta, avergonzada de su condición y dispuesta a las mayores humillaciones con tal de rendirse; la ora, que alternativamente se entrega al orgullo y al remordimiento de haber cedido a los meros impulsos del amor sin respetar las exigencias de la sociedad; la soldadera, bragada; la suegra, entremetida; la solterona, amarga; la criada, chismosa; la india, tímida.
         Pero debemos de ser así puesto que ésta es la imagen que proyectamos.
     La mujer mexicana carece del brillante cutis y la esbelta figura de las inglesas; de las facciones finamente cinceladas de las españolas; del donaire y la gracia de las francesas. Pero se revela que la belleza de las mujeres de aquí consiste en los soberbios ojos negros, en el hermosos cabello oscuro, en la hermosura de brazos y manos y en su pequeño y bien formado pie. Sus defectos es que son de corta estatura y demasiado gordas.